miércoles, 1 de mayo de 2013

Lectura día cincuenta y nueve

Capitulo XXII
Ya en la cárcel, Beremiz, acompañado de un guardia, se sorprendió de la forma en que vivían los prisioneros, pues todo estaba en condiciones infrahumanas para ellos, y cuando llegaron a la celda del condenado a cadena perpetua, se toparon con escritos en las paredes y toda clase de maldiciones, ya de regreso en el palacio del Visir, el calculista dijo que la división que pedía era imposible, porque o se sabría exactamente cuanto tiempo viviría el preso, y lo más recomendado era soltarlo ya pero tenerlo bajo vigilancia, o sea en libertad condicional, el visir ordenó que se hiciera eso.

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